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Traduzido por: Livro Editado em Espanhol
Páginas: 280
Ano de edição: 2011
Peso: 220 g
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A história dos últimos meses da vida do General Simon Bolívar no ano de 1.830, durante uma interminável viagem através do rio Magdalena. Ele pretendia abandonar a América e tentar o exílio na Europa. O rio Magdalena nasce no sul da Colômbia e avança por mais de 1.500 km até desembocar no norte do país, no mar do Caribe. A carreira militar e política do General Bolívar foi marcada por incontáveis lutas, batalhas e combates que enfrentou pela independência da atual Venezuela, Colômbia, Equador, Peru e Bolívia, que eram colônias de Espanha. Simon Bolívar libertou esses países da submissão espanhola. O romance de Gabriel García Márquez narra a vida militar e muito do lado humano do General: armas, vitórias, mulheres, amores, filosofia, politicagem, traições, rabugices, fracassos, mandos, desmandos, justiça e injustiças. Além do próprio general, outro personagem que permeia todos os capítulos do livro é José Palácios, ajudante de ordens do General que o serviu sem jamais questionar suas ordens, por mais extravagantes que fossem.
A su regreso a Ia Nueva Granada había tratado de arreglarlo con una frase justa dirigida
a Cartagena y Mornpox: "Si Caracas me dio la vida, vosotros me disteis la gloria", Pero la frase tenía unos visos de remiendo retórico que no bastaron para aplacar la demagogia de los santanderistas.
Tratando de impedir el desastre final, el general volvía a Santa Fe con un cuerpo de tropa, y esperaba reunir otros en el camino para empezar una vez más los esfuerzos de integración. Entonces había dicho que aquél era su momento decisivo, tal como había dicho cuando se fue a impedir la separación de Venezuela.
Un poco más de reflexión le habría permitido comprender que desde casi veinte anos atrás no hubo un instante de su vida que no fuera decisivo, "Toda la iglesia, todo el ejército, la inmensa mayoría de la nación estaba por mí", escribiría más tarde, rernemorando aquellos dias, Pero a pesar de todas estas ventajas, dijo, ya se había proba do repetidas veces que cuando se alejaba dei sur para marchar ai norte, y viceversa, el país que dejaba se perdía a sus espaldas, y nuevas guerras civiles lo arruinaban. Era su destino.
La prensa santanderista no desperdiciaba ocasión de atribuir las derrotas militares a sus desafueros nocturnos, Entre otros muchos infundios destinados a menguar su gloria, se publicó en Santa Fe por esos días que no había sido él sino el general Santander
quien comandó la batalla de Boyacá, con la cual se selló la independencia el 7 de agosto de 1819, a las siete de la manana, mientras él se complacía en Tunja con una dama de mala fama de la sociedad virreinal.
En todo caso, la prensa santanderista no era la única que evocaba sus noches libertinas para desacreditarlo.
Desde antes de la victoria se decía que por lo menos tres batallas se habían perdido en las guerras de independencia sólo porque él no estaba donde debía sino en la cama de una mujer.
En Mompox, durante otra visita, pasó por la calie del medio una caravana de mujeres de diversas edades y colores, que dejaron el aire saturado de un perfume envilecido.
Montaban a la amazona, y llevaban sombrillas de raso estampado y vestidos de sedas primorosas, como no se habían visto otras en la ciudad. Nadie desmintiá la suposición de que eran las concubinas del general que se le adelantaban en el viaje. Suposición falsa, como tantas otras, pues sus serrallos de guerra fueron una de las muchas fábulas de salón
que lo persiguieron hasta más allá de la muerte.
No eran nuevos aquellos métodos de las informaciones torcidas. El mismo general los había utilizado durante la guerra contra Espana, cuando ordenó a Santander que imprimiera noticias falsas para enganar a los comandantes espanoles. De modo que ya instaurada la república, cuando élle reclamó al mismo Santander el mal uso que hacía de su prensa, este le contestó con su sarcasmo exquisito:
"Tuvimos un buen maestro, Excelencia".
"Un mal maestro", replicó el general, "pues usted recordará que las noticias que inventamos se volvieron contra nosotros".
Era tan sensible a todo cuanto se dijera de él, falso o cierto, que no se repuso nunca de ningún infundio, y hasta la hora de su muerte estuvo luchando por desmentirlos. Sin embargo, fue poco lo que se cuidó de ellos. Como otras veces, también en su paso anterior por Mompox se jugó la gloria por una mujer.
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Viajei para o Quito, Equador em novembro de 2011. Garimpando livrarias trouxe alguns livros sobre história, política e ficção de diversos autores quitenhos e sulamericanos para tentar captar um pouco dos costumes de sua gente, além da visão espetacular de majestosos vulcões . “El General em su laberinto” constava de listas “mais vendidos”. Não resisti.
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